jueves, 16 de octubre de 2008

Restricciones a un bien que te puede matar







Todos sabemos que en Chile es uno de los países donde más se fuma cigarrillo, por esta razón el gobierno impulsó hace unos años una política dura contra las empresas tabacaleras de nuestro país, con el fin de regular el mercado y disminuir el consumo.

La actitud lógica que una persona debería tener al momento de fumar un cigarrillo, sería analizar cuales serían los costos y beneficios que esta conducta tendría en ellos. Sin embargo la tasa de fumadores a nivel mundial sigue aumentando pues al parecer el placer y el relajo que existe al consumir este bien, hace olvidar las consecuencias que esto podría tener en nuestra salud.


La nueva ley de tabacos en Chile, además de censurar y prohibir publicidad y consumo de cigarrillo en algunos lugares públicos con el fin de disminuir el uso de este, ha buscado diferentes estratégicas para evitar este problema que mata alrededor de 14 mil personas en nuestro país anualmente. Dentro de los consumidores se encuentran en especial niños, jóvenes y personas de escasos recursos.


Un informe realizado en Chile, titulado Economía del Control del Tabaco en Chile indica que si se aumenta en 10% el impuesto a los cigarrillos, el consumo disminuye entre 2% y 4,5% y mejora la recaudación fiscal. Por lo que podríamos que se produce es un alza del precio de la cajetilla de cigarrillos, lo que se traduce en una disminución del consumo debido al encarecimiento del producto.



Analizando los impuestos.

Actualmente, la carga impositiva que tiene una cajetilla de cigarrillos corresponde a un 76,4% del precio de venta a público, esto considerando el IVA y el impuesto específico al tabaco. Eso significa que por cada 100 pesos del valor final del producto, $ 76 pasan a las arcas fiscales.
Esta carga tributaria es menor a la que registran países desarrollados, pero es la más alta de la región, seguida por Argentina, que tiene una tasa impositiva de 68%.

Tomando en cuenta estos datos resulta muy rentable aumentar el impuesto específico al tabaco, ya que además de aumentar la recaudación fiscal, disminuye notablemente el consumo de cigarrillo por el costo que tiene saciar este placer y justamente es lo que pretende esta política, restringir, frenar y disminuir el consumo de cigarrillo en nuestro país.